2008/04/08

Sentida Apelación


Si desea usted colaborar con el bienestar y la salud culinaria de esta pareja tan maja formada por Rebeca y Sergio en su, reconozcamoslo, elegido exilio en el Nuevo Mundo debe empezar a considerar seriamente lo siguiente:

Recientes estudios y consultas realizados y una esclarecedora primera tentativa han demostrado no sólo la posibilidad física si no la factibilidad del envío transoceánico de embutido a través de correo ordinario, con el, se imaginarán, consiguiente regocijo que ello entraña en la parte receptora.

El procedimiento a seguir es bastante simple, y se divide en 5 pasos:
  • Se compran 250 gramos de jamón (recebo o ibérico), lomo (al menos lomo blanco), mojama, cecina, chorizo ibérico, etc...
  • Se envasan al vacío recién cortados, para que no pierdan un ápice de su olor y sabor.
  • Se introducen dentro de un sobre tamaño folio, a ser posible de esos discretos de color marrón (un paquete por sobre).
  • Se escriben las señas del receptor en el exterior del sobre, a saber:
Sergio Bonachela
2400 4th ave, apt.632
Seattle, WA, 98121
EEUU
  • Por último se envía por correo ordinario procediendo eso si, al abono de la cantidad estipulada por las autoridades postales correspondientes.
Nosotros por la parte que nos toca seremos agradecidos y descuiden que daremos buena cuenta de lo enviado.

Sin más nos despedimos, no sin ello apelar a su sentido de la generosidad: compartan lo que años de cultura y tradición nos han dado, uno de los mejores tesoros nacionales, que no es otro que el arte de aprovechar todo lo que se puede del puerco. Envíenlo por Dios (o por Alá, o por Buda, o por Chtulhu, o por Snoopy, o por Darth Vader, o por Elric de Melnibone, o por Cartman, o por Chuck Norris, o por Aragorn hijo de Arathorn, o por Ender, o por el Gran Alcaudón... elíjase según proceda, a nosotros nos da lo mismo con tal de que nos lo envíen), que aquí estos manjares no se encuentran. Hagan sentirnos un poco más cerca de nuestros seres queridos y de nuestro país reconfortando nuestros sentidos y nuestro estómago. En sus manos está.

Atentamente,

Sergio y Rebeca