2008/12/19

Reto Fotográfico Number Three

Ha estado nevando últimamente aquí en Seattle. Hemos tenido dos tormentas la semana pasada que nos han dejado un panorama complicadillo en la carretera. Especialmente por que andamos en unas temperaturas de -8 grados o así por las noches, lo que hace que gran parte de la nieve del día se convierte en hielo cuando se oculta el sol y la temperatura empieza a bajar drásticamente.

La ciudad era ya una gigantesca pista de patinaje ayer por la noche. Pero no me pude resistir a darle un paseo a Rebeca por el downtown para que viera “lo bonita” que estaba la ciudad. Entonces se me ocurrió que estaría bien subir al mirador de Queen Anne a hacer la “ya típica” foto para los que siguen este blog o mis fotos en flickr de la ciudad con la Space Needle al frente. Estaba seguro de que esta vez sería una postal invernal y navideña como pocas!

Así que para allá que nos fuimos con el coche, a desafiar las empinadas calles heladas de Queen Anne. Hubo algún momento un poco “huevocorbatero”, pero en general no nos fue mal. La mayoría de las calles más empinadas tenían los accesos restringidos y el aparcamiento prohibido. Vimos muchos coches con pinta de no haberse movido los últimos dos días (los colegios llevan dos días cerrados y en los medios de comunicación se insta a no ir a trabajar o hacerlo desde casa si es posible) con una buena capa de nieve encima, pero el barrio en general tenía una pinta preciosa. Todo con nieve, las casas iluminadas con luces de navidad y gente paseando desafiando las bajas temperaturas.

He de decir que estoy muy contento con Goyo (nuestro Rav4). Estos días me ha estado funcionando de maravilla y ha probado tener una capacidad sobre nieve y hielo excepcional. Muy honesta y segura. Y eso lo dice uno que aprendió a conducir hace 1 año! (otra cosa es cuando me sacara el carnet je je) pero es que sólo ha habido que ver los problemas de la gente con otros coches y como el Rav4 los solventaba con facilidad para reafirmarme en la idea de que realmente fue una buena compra. Más teniendo en cuenta que uno de los usos más significativos que le espera en los próximos meses es la de llevar y traernos de las pistas de esquí (y lo dejo aquí por que Rebeca lleva sufriendo esta cantinela sobre Goyo desde que empezó la semana y está harta de oírla… pero es que estoy muy orgulloso de nuestro cabezón!).

Pues eso, que con un poco de paciencia y buenas maneras al volante conseguimos llegar al mirador. Os dejo la foto para vuestro disfrute:

01-Snowy.Seattle.from.Kerry.Viewpoint
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Ahora es cuando os preguntáis, y donde está el reto fotográfico aquí? ...resulta ser más un reto de conducción que fotográfico no?... Ahhh, pero es que lo que vosotros no sabéis es que mientras tomaba las fotos tenía los pantalones por las rodillas y practicaba el helicóptero, y ahí es donde radica el reto, por que con la temperatura la cosa se había quedado chiquitiiita chiquitiiita (si, más todavía, qué pasa?), y conseguir el movimiento banbolecico era más difícil de lo que parece. Lástima que no estuvieseis en el mirador para verlo, todo un logro. Pero es que tenéis que entenderlo, tengo que estar preparado para cuando me toque hacerlo en la Antártida!

2008/12/09

Bloody Yucatan


Mi reciente viaje por Yucatan me ha puesto por primera vez en contacto con la cultura Mexicana y los pueblos indígenas que allí habitan. El pueblo Maya, un pueblo machacado donde los haya, y que sin embargo a sido capaz de sobrevivir hasta hoy en día, ha conseguido mantener parte de su cultura viva con ellos, aunque afortunadamente otra parte pertenece al pasado y ya no se practica.

Los Mayas creían que su creador había derramado su propia sangre para crear el mundo y por lo tanto que ellos debían hacer lo mismo para honrarle. Se clavaban huesos y punzones para extraerse sangre, jugaban a algo parecido al fútbol y a los que perdían los sacrificaban, hacían la guerra por que necesitaban cuerpos para sus rituales sangrientos en los que extraían el corazón o cortaban la cabeza a las víctimas, sacrificaban animales y hasta niños elegidos por rollos de nacimiento. Las clases altas practicaban el canibalismo ritual y se pintaban la cara y el cuerpo con tinturas rojas que imitaban la sangre.

También se adornaban las muñecas con pulseras de cuero con pinchos, sus grupos preferidos eran Satyricon, Cradle of Filth, Amon Amarth, Dissection y Gorgoroth; les encantaban las pelis de Holocausto Canibal, Texas Chainsaw Massacre y Braindead; Su luchadores preferidos del Mortal Kombat eran Sub-Zero, Kung lao y Baraka; Y su Superpoder Cultural era el de chorrear sangre por doquier y ponerlo todo perdido.

Unas joyitas vamos. Cualquiera diría que en vez de vivir en un clima tropical vivieran en el puñetero invierno seattlelita, siempre de noche o lloviendo (eso si que te encabrona)... que gente más torcida copón!

Después resulta que se murieron de hambre debido a que las demandas de la sociedad que habían desarrollado eran demasiadas para la tierra que tenían y la gente que la trabajaba. Eso es por que todavía no les habíamos conquistado y no sabían que la sangre vale para hacer ricas morcillas, que con la cantidad que desperdiciaban podían haberse alimentado todos seguro.

En fin, al que tenga un interés real en saber quienes fueron los mayas recomiendo como siempre, echar un vistazo a la wikipedia, puede que resulte más aburrida (para algunos) pero probablemente se acerque más a la realidad que la tontada que acabo de escribir.

2008/12/06

Yo y el Mundo

Andaba el otro día charlando con unos compañeros y a raíz del viaje a Yucatán salió la típica conversación de cómo molaría vivir de viajar como los de Lonely Planet o los reportajes de viajes de la2 (típica para mi claro, esta es una charla que se repite con cierta asiduidad y siempre por que yo la saco claro).

La conversación derivó a la anécdota de aquel chavalito (precisamente afincado ahora en Seattle) llamado Matt, un informático que sintiendo que se estaba perdiendo algo en la vida se tomo un periodo sabático y se puso a viajar por Asia (no se de que me suena esto). Hasta aquí nada extraordinario, hasta que le dio por grabarse haciendo un estúpido baile (que le había hecho famoso entre sus colegas parece ser) en Hanoi, y a partir de ahí en cada sitio nuevo que visitaba. El tío que lo grabó lo editó y lo colgo en youtube y el resto es historia: se hizo famoso, una agencia de publicidad contactó con él y le acabaron pagando otro viaje para que hiciera su bailecito alrededor de todo el mundo para promocionar una web de viajes. Y después de ese vino otro:



La madre que lo parió.

Lo comentaba con ellos y se me ocurrió la idea definitiva, la que me llevaría de una vez por todas a culminar esta búsqueda mía actual consistente en vivir del cuento. Atención: Tal como hizo Matt antes que yo, viajaría por todo el mundo grabándome en video (y ojito que aquí viene la novedad) haciendo el helicóptero!

A que es genial???!!!

Mis compañeros me miraron crípticamente. En su mirada se adivinaba la pregunta: el helicóptero?

Si hombre - me apresuré a contar - cuando me estén grabando, sin venir a cuento, me bajo los pantalones y hago… pues eso, el helicóptero! (Esto lo decía pensando para mis adentros que tendría que mejorar mi estilo y que eso conllevaría practicar un poco en casa frente al espejo antes de hacerme famoso en el youtube).

Entonces mis compañeros hicieron gala de su lógica ingenieril (es lo que tiene currar en esto, que el más tonto hace aviones) para hacerme notar que la “experiencia visual de cadencia bamboleica genitocojonal” (el helicóptero) que proponía iba a ser flageada (etiquetada) en la videored social (youtube) como censored (censurada) por su explicit content (contenido explícito), y que iba a ser imposible así que tuviera el éxito y repercusión del video de Matt, y que por tanto no tuviera esperanzas de vivir del cuento con ello (su puta madre).

En esos momentos me di cuenta de una cosa: no soy yo el que falla, es que el mundo no esta preparado para mi.

2008/12/04

Ves? Esto ya me ha gustado más...

Después del periodo vacacional con su consiguiente resaca y despertar a la realidad, y de un claro y flagrante ataque combinado de fuerzas bacteriológicas a mi deprimido (deprimido por la vuelta al trabajo claro) sistema inmune que me ha tenido en jaque un par de días aquí estoy de vuelta.

La experiencia en Yucatán ha sido muy buena. Aunque fuese por muy pocos días, me reencontré conmigo mismo viajando sólo en un sitio nuevo, y eso llevó a sensaciones familiares y añoradas (aunque mucho menos profundas) a las que (d)escribí durante mi viaje por Tailandia. El resto de días que pasé allí con amigos fueron geniales y guardo recuerdos impagables. Y fue todo un acierto la elección de las fechas fuera de temporada alta que nos permitió hacer un viaje improvisado en su mayor parte y a la carta. Entraré en detalles de lo hecho en otro post (tan sólo puedo prometer que la intención existe, no que se vaya a hacer realidad). Por de pronto Nachete ya tiene colgadas algunas de las fotos del viaje en Picasa, así que aquellos de vosotros que quieran pueden ir abriendo boca antes de que lleguen las mías. Por si acaso echadlas un vistazo que me conozco!

Lo que más me ha gustado de este viaje es recuperar la sensación de llegar a un sítio y sentir que me estaba quedando en la superficie, de que el Yucatán todavía ofrece oportunidades de vivir cosas bastante auténticas si uno dispone de los días suficientes y del carácter necesario para dejar atrás el turismo más fácil y la experiencia predigerida y disneylándica ofrecida al turista Cancunero tipo.

Me gustó por que unas de las razones que me llevó allí fue la de no repetir en las islas Hawaii. Donde la sensación más que esa es la de: Y esto es todo? Esto es Hawaii?

Soy consciente que va a sonar a vacilada, pero creedme, Hawaii no es para tanto, de hecho las islas Hawaiianas se parecen mucho más a nuestras queridas islas Canarias que a las Maldivas. Vamos, que por descontado son islas bonitas y que es indiscutible que tienen cosas interesantes que ver, y ciertas experiencias impagables, pero están lejos del paraíso que nos vendían Mecano con su canción o Hollywood con sus películas. Ocurre además que la cultura hawaiiana está muy diluida en la americana, hasta el punto que salvo el aspecto de los nativos no se adivina ningún rasgo cultural en la vida cotidiana que los diferencie del hortera (y/o afocardado) americano medio.

Así que estoy contento, creo que tomé la decisión adecuada, y sin menospreciar a Hawaii creo que es mucho más interesante lo que Centroamérica ofrece en casi todos los aspectos, (cultural, histórico, paradisíaco, bucemamador…). Ahora tengo la excusa perfecta para volver claro, y es que estaréis conmigo en que no puedo privar a mi Rebe de ver aquello!