Goyo
Bueeeno, al margen de la crítica directa hacia la sanidad Estadounidense y de paso velada critica a lo que está sucediendo en la sanidad en Madrid en mi post anterior (la seguridad social no funciona como nos gustaría, pero hacer de la salud de todos un negocio es mucho peor, los negocios se crean para hacer dinero no para crear salud, os cuenten lo que os cuenten) lo anecdótico del mismo era más bien que yo (ya sabéis que este blog es conceptualmente un egoblog), Sergio Bonachela, a la edad de 32 años bien cumpliditos, he tenido por fín narices (y mira que de eso no me falta) de sacarme el carnet de conducir. Bueno, permiso de manejar.
Esto, para que luego digan que uno no cambia con el tiempo... ja! En fin, un abrazo muy fuerte desde aquí a Rodrigo, mi colega Argentino en Seattle, que tuvo la paciencia y la buena intención de enseñarme a circular con el coche aya por mayo y junio del año pasado. Muchas gracias!!!
Ahora eso si, tengo la sensación de que el permiso de manejar que me he sacado es como si fuera de medio mentira, es de lo que hay aquí vamos: para que los críos de 16 años puedan conducir cochecitos automáticos y en ambiente civilizado además. Sinceramente, no me veo en ese caos hostil circulatorio que es Madrid ni de coña!
A todo esto, supongo que visteis la foto del driver license... 32 añazos como 32 soles y todo un año para leerme una porquería de manual tamaño cuartilla de 90 páginas a letra arial tamaño 14 y márgenes de una pulgada (y lleno dibujos además) y cuando por fin lo hago y me sacan la foto, lo mejor que puedo conseguir es esa sonrisa falsa y anodina... y eso a la segunda no os vayáis a pensar! que la de la primera foto era una sonrisa así como de suficiencia que era digna de un buen bofetón, como diciendo: "con dos cojones, soy un crack!". Como si fuera algo meritorio de lo que jactarse a estas alturas vamos no me jodas... Le tuve que decir al tío que si eso que hacíamos otra, a ver si salía mejor.
Esto, para que luego digan que uno no cambia con el tiempo... ja! En fin, un abrazo muy fuerte desde aquí a Rodrigo, mi colega Argentino en Seattle, que tuvo la paciencia y la buena intención de enseñarme a circular con el coche aya por mayo y junio del año pasado. Muchas gracias!!!
Ahora eso si, tengo la sensación de que el permiso de manejar que me he sacado es como si fuera de medio mentira, es de lo que hay aquí vamos: para que los críos de 16 años puedan conducir cochecitos automáticos y en ambiente civilizado además. Sinceramente, no me veo en ese caos hostil circulatorio que es Madrid ni de coña!
A todo esto, supongo que visteis la foto del driver license... 32 añazos como 32 soles y todo un año para leerme una porquería de manual tamaño cuartilla de 90 páginas a letra arial tamaño 14 y márgenes de una pulgada (y lleno dibujos además) y cuando por fin lo hago y me sacan la foto, lo mejor que puedo conseguir es esa sonrisa falsa y anodina... y eso a la segunda no os vayáis a pensar! que la de la primera foto era una sonrisa así como de suficiencia que era digna de un buen bofetón, como diciendo: "con dos cojones, soy un crack!". Como si fuera algo meritorio de lo que jactarse a estas alturas vamos no me jodas... Le tuve que decir al tío que si eso que hacíamos otra, a ver si salía mejor.
El complemento perfecto de un permiso de manejar es un vehículo que manejar, en eso estaremos de acuerdo supongo. La mayoría de la gente invierte en esto una cantidad bastante elevada de tiempo. En mi caso el mismo día que suspendí la primera vez el test teórico miré en Internet, encontré uno de segunda mano en muy buenas condiciones y esa misma tarde fuí a verlo y lo compré. Ahora si: "con dos cojones, soy un crack!".
En fin, supongo que es cuestión de tener las cosas claras y un poco de suerte. Yo por ejemplo sabía que quería un coche Europeo o Japonés, pasando de gaso-aspiradoras americanas como de comer revuelto de espinacas y acelgas con repollo y coles de bruselas (revuelto es como se me queda el estómago nada más pensarlo... puajjj). La opinión que me merecen la mayoría de los coches de aquí se podría resumir en "Cacota-catota-gorda-de-búfalo-gordo". En fin, a lo que vamos: además tenía que ser un coche espacioso para las acampadas y preparado para los caminos de tierra llegado el caso, y que nos diera una seguridad razonable conduciendo en condiciones de nieve para el invierno cuando nos vamos a hacer snowboard. Resumiendo, un coche con el que disfrutar de nuestras aficiones.
Se dió la casualidad además que durante los primeros meses de año habíamos tenido uno RAv4 de Toyota de alquiler y la verdad es que era (y es) una gozada de coche que nos encantó a Rebe y a mi, y que cumplía con todos los requisitos que buscábamos, así que francamente, no era tan difícil: llegado el momento sólo tenía que aparecer uno de segunda mano que se ajustara a unos 6000 dólares más de lo pretendido en un principio (sic).
No me enredo más, os presento a nuestro querido Goyo:
En fin, supongo que es cuestión de tener las cosas claras y un poco de suerte. Yo por ejemplo sabía que quería un coche Europeo o Japonés, pasando de gaso-aspiradoras americanas como de comer revuelto de espinacas y acelgas con repollo y coles de bruselas (revuelto es como se me queda el estómago nada más pensarlo... puajjj). La opinión que me merecen la mayoría de los coches de aquí se podría resumir en "Cacota-catota-gorda-de-búfalo-gordo". En fin, a lo que vamos: además tenía que ser un coche espacioso para las acampadas y preparado para los caminos de tierra llegado el caso, y que nos diera una seguridad razonable conduciendo en condiciones de nieve para el invierno cuando nos vamos a hacer snowboard. Resumiendo, un coche con el que disfrutar de nuestras aficiones.
Se dió la casualidad además que durante los primeros meses de año habíamos tenido uno RAv4 de Toyota de alquiler y la verdad es que era (y es) una gozada de coche que nos encantó a Rebe y a mi, y que cumplía con todos los requisitos que buscábamos, así que francamente, no era tan difícil: llegado el momento sólo tenía que aparecer uno de segunda mano que se ajustara a unos 6000 dólares más de lo pretendido en un principio (sic).
No me enredo más, os presento a nuestro querido Goyo: