2009/08/01

"Si algo va bien...

...para qué cambiarlo" dice la sabiduría popular.

Y esa frase podría ser un magnífico resumen de lo que ha pasado hasta ahora desde que las circunstancias me obligaron a abandonar Seattle, pero después del tiempo que llevo sin escribir igual no hace justicia a lo que se espera de este blog, así que me prodigaré un tanto más.

Agradecimientos

Lo primero, por que es de recibo, y por que no lo he hecho ni en los comentarios del blog, ni del facebook, ni contestando a los correos personales, es dar las gracias a todos lo que me habéis escrito por vuestras palabras de ánimo, consejo e información. Me conmueve que a mucha gente le haya llegado especialmente mi relato del viaje de Seattle a San Diego y le haya recordado experiencias similares. A pesar de que pueda parecer un tipo bastante despegado algunas veces os aseguro que a mi vuestros mensajes también me llegan y me confortan y me conmueven y me gustan. Un abrazo a todos.

No es sólo inercia.

Me quería ir de Seattle? Pues a muy poca gente le causará sorpresa si digo que NO. Así en mayúsculas. Entre otras cosas por que "si algo va bien..."

Tampoco tiene que ver sólo con la inercia que uno coge cuando se asienta en un lugar, aunque reconozco que un poco de eso también es.

Suena el despertador y uno se levanta y sigue una rutina establecida a fuerza de costumbre: se lava los dientes, se toma un par de expressos y lee un poco la prensa española por Internet antes de bajar al garaje; Conduce al trabajo y se sabe los atajos para evitar atascos, las salidas, los carriles que van más fluidos; una vez allí saca la badge para entrar en el edificio y enciende su ordenador, introduce las claves y chequea el correo del trabajo; todos los permisos están en regla, accede a las carpetas que necesita, conoce los programas, lo que tiene que hacer, la metodología, las personas que tiene que contactar, a su vez todo el mundo sabe quién es él... termina el trabajo y regresa a la ciudad que después de dos años y medio se ha convertido en su casa, recorre calles familiares hasta que llega a su apartamento, a su hogar; Rebe le espera allí; Saben donde comprar un buen pan, donde buscar los artículos españoles más codiciados, donde están sus restaurantes favoritos...

En fin, a estas alturas ya habréis cogido la idea.

No, no sólo es eso. Simplemente no sentía que hubiera llegado el momento de marcharme de Seattle. Cuando vine a Estados Unidos para larga estancia siempre pensé en un periodo de 5 años, y a estas alturas me había hecho ya a la idea de que esos 5 años serían en Seattle. Corrijo. A estas alturas quería que esos 5 años transcurrieran en Seattle. Y después quién sabe.

La importancia de estar a gusto en el trabajo

He sacado antes el trabajo y no es casualidad, como mal necesario que es. Mi experiencia en Boeing después de los años de trabajo en España ha sido un caramelo que necesitaba. Ha tenido sus momentos duros y extenuantes, y a veces no ha sido demasiado interesante, pero el trato humano recibido y la sensación de formar parte de un equipo y no de trabajar para un cliente chulo, orgulloso y explotador, amen de algunos compañeros de trabajo que he tenido el gusto de conocer, lo han convertido en una experiencia muy positiva.

Salir contentos o satisfechos del trabajo ayuda y predispone a disfrutar de la vida vivas en el sitio que vivas.

Comento esta perogrullada por que es algo que todos los que lo pasáis mal o lo habéis pasado mal anteriormente en el trabajo sabéis la importancia que tiene. Determinada gente para la cual he tenido el disgusto de trabajar anteriormente, bien podrían haberme amargado la experiencia de Boeing hasta el punto de estar feliz de dejarla atrás. Soy consciente de ello.

Por si se me olvidaba ha llegado este cambio. Todavía estoy encontrando mi sitio en la nueva asignación, y desde luego no empezó con buen pie. Me reservaré mi opinión hasta que haya pasado un poco más de tiempo, aunque para la tranquilidad de los más allegados diré que la cosa empieza a mejorar y que el trabajo, que está en fase de prediseño, es interesante profesionalmente.

El embrujo del Northwest

La vida fuera del trabajo, cuando se vive en un sitio como el Northwest y a uno le gusta la naturaleza es rica, muy rica. Lamento no haber sido lo suficientemente elocuente en este sentido. Prácticamente ningún conocido a venido a visitarme en el periodo que he pasado en Washington (en realidad sólo mi amigo Gnols vino, hace ya casi un par de años). La gente escucha Seattle y la idea de un sitio verde, pero sobretodo gris y lluvioso le salta a la cabeza. Se podría entender como algo normal que alguno de vosotros esté más predispuesto a venir ahora que estamos en San Diego, y desde luego no seré yo el que os desaliente, pero de corazón os digo que os habéis equivocado. Allí era donde de verdad podíais haber visto cosas como nunca en vuestra vida. Me siento un poco culpable por que apenas he puesto fotos de aquello, y aunque sea algo que pienso expiar algún día con una serie de post sobre el northwest que tengo en la cabeza, siento que un millón de fotos no harían justicia.

Si, es cierto, el tiempo es un asco. Es el precio a pagar. En España yo era el típico al que el mal tiempo le afectaba bastante, necesitaba el sol. No es que en Seattle no lo necesitara, como todos los Seattlelitas me había vuelto un ser humano fotosintético: a nada que salía el sol salía desesperado de casa para plantar mi culo en un parque! Al principio lo acepté con estoicismo, pero después el mal tiempo llegó a importarme mucho menos de lo que me pensaba.

La lluvia y el aire del océano mantienen una atmósfera siempre limpia y sin contaminación, que permite ver a cientos de millas a la redonda;

01.001.Rainier.as.seen.from.Lake.Washington

traen agua al denso manto de bosque húmedo, poblado de gigantes arbóreos entre los que fascinado me gustaba mirar al cielo;

01.003.Olympic.National.Park-Crescent.Lake-Marymere.Falls.Trail

alimenta a ríos, cañadas, cascadas y lagos que salpican por doquier la zona;

01.005.Olympic.National.Park-Sol.Duc.Falls

en invierno traen la nieve que tanto disfrutaba a las montañas.

01.006.Crystal.Mountain

Las nubes traen consigo una calma serena que como la soledad cuesta aprender a apreciar. Pero que una vez lo haces es capaz de colmarte...

01.007.Olympic.National.Park- La.Push-Second.Beach

Y ay de cuando sale el sol de verdad! estás perdido entonces, pocos sitios en el mundo son tan bonitos! La visión de los bosques impenetrables, desordenados, cuasi caóticos;

01.008.Mt.Rainier-Ohanapecosh.River

llenos de majestuosos troncos perfectos que se erigen hacia la luz;

01.009.Mt.Rainier-Ohanapecosh.Campground.Trees

de lagos de color azul turquesa llenos de salmones, rodeados de montañas y glaciares;

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de jóvenes cordilleras que se alzan verticales, abruptas y orgullosas y de sus angostos valles alpinos;

01.011.North.Cascades-Easy.Pass.Trail-Fisher.Basin

y de los magnificentes volcanes solitarios de eternos conos blancos de hielo y nieve;

01.013.Mt.Adams

la visión de ese mar salpicado de islas verdes y acantilados de piedra bañados de sol;

01.014.Olympic.National.Park-Cape.Flattery

de sus costas oceánicas plagadas de mordientes agujas de piedra coronadas de árboles y de playas vírgenes llenas de esqueletos blancos de más árboles, esta vez muertos y arrastrados por la corriente;

01.016.Olympic.National.Park-La.Push-Second.Beach

la visión de los animales salvajes, de ardillas y mapaches, de ciervos y osos, de cuervos y águilas, a veces importunados por nuestra presencia, a veces temerosos y a veces curiosos, es tan hermosa que compensa con creces el mal tiempo.

01.016.Olympic.National.Park-Cape.Alava-fawn


He caído irremediablemente en el embrujo y la serenidad del northwest... hasta el punto de que me dado cuenta de que no me importaría comprarme una casa allí y convertirlo en mi lugar de residencia permanente...

Quién me lo iba a decir a mi, que me tenía por un ser tropical!

Marcharme de Seattle ha tenido un coste emocional difícil de definir pero fácil de entender. Pensad en cuando algo importante en vuestra vida que no queríais que cambiara y que dabais por hecho, de repente se termina y tenéis que buscaros un nuevo equilibrio a mala gana. Todos habéis pasado por eso estoy seguro. No es ni mucho menos doloroso o amargo como ha sido en otras ocasiones, pero no por ello deja de ser incomodo y no deseado.

Pero es todo tan malo?

Ni mucho menos. Para empezar nadie dice que no vaya a volver a Seattle. Por otro lado el sur de California es un desconocido para mi y para Rebeca, vivir aquí nos va a permitir explorar otra zona de Estados Unidos, recuperar aficiones que ahora estaban relegadas (como el buceo), aprender nuevos deportes (quizá kite surfing) y de recuperar el moreno.

De momento, parafraseando la cabecera de mi querido blog, quiero pensar que San Diego es un nuevo sitio, que con el tiempo y la actitud adecuada descubriremos que efectivamente se ha convertido en nuestro hogar, con sus cosas buenas (y eventualmente malas) que aportar, y que hará que las cosas buenas de sitios pasados las echemos de menos mientras disfrutamos de otras nuevas, y que las malas queden en el recuerdo trascendidas por las de los tiempos presentes.

Joder, que pedante me ha quedado.