2009/08/27

Faster, Better, Cheaper

MAS RÁPIDO, MEJOR, MÁS BARATO. Cómo ocurre con esa otra triada de términos también popular de BUENO, BONITO y BARATO, el objetivo es poco menos que una utopía; y notables excepciones aparte, como la industria de la informática en el primer caso o el Ikea en el segundo, no se puede negar el hecho de que la gran mayoría de las veces nos encontramos ante una simple artimaña comercial.

En el mundo en el que trabajo, en la ingeniería aeronáutica, se ha de ser muy práctico. Los materiales que se utilizan no son los buenos, son los necesarios; criterios estéticos no cuentan a la hora de dar forma a un ala; y desde luego, pese a un feroz control de costes para poder seguir siendo competitivos en el entorno global actual, un avión es de todo menos barato.

Si algo es más rápido y mejor no es más barato.
Si algo es más rápido y más barato no es mejor.
Si algo es mejor y más barato, no es más rápido.

En la aeronáutica, donde materiales y procesos dan lugar a poco juego, estas tres frases son casi axiomas... para todos menos para quienes más tendrían que serlo como veremos más adelante.

Mi trabajo consiste, dependiendo de la asignación que me toque, desde diseñador de estructuras aeronáuticas (que es una manera muy rimbombante de hacer pensar a la gente que uno gana mucho dinero, cuando lo que en realidad significa es que uno diseña piezas pertenecientes a la estructura de un avión) a lead de diseño (responsable de un equipo de diseñadores dentro de un proyecto).

Para que quede claro la estructura de un avión es el esqueleto que no veis, y que si da la casualidad de que SI que lo veis, y encima estáis volando mientras lo hacéis, daos por jodidos porque la cosa va a ser de todo menos curiosa y divertida.

Que un tipo como yo, lastrado con una severa dislexia espacial, para el que el juego enredos supone un auténtico desafío (no por los colores, si no por lo de la derecha y la izquierda) y con patentes problemas a la hora de interpretar y tomar un curso de acción ante la dicotomía "pull-push" (en español empujar-tirar me crea el mismo problema, o sea que la similaridad de palabras en inglés no es excusa) se dedique a diseñar aviones igual debiera crearos cierta desazón. Y si ya os digo que yo no soy el más tonto ni de lejos (que en lo mio el más tonto no hace relojes... hace aviones) para qué queremos más. Afortunadamente llevar a buen término un nuevo modelo de avión es una labor de muchos profesionales, y las carencias de algunos se suple con la pericia de otros, a la redundancia de chequeos y tests, a márgenes de seguridad generosos, y a un estricto código de calidad y certificación que hacen que el producto final sea digno de encomio y consideración.

Personalmente desde que aterricé en esta profesión siempre he tenido la sensación de haber llegado tarde a ella:
  • A mi me gustaba el dibujo técnico casi tanto como el artístico, pero jamas llegué a dibujar sobre un tablero, soy de las primeras generaciones del diseño computerizado o CAD (Computer-Aided-Design).
  • Soñaba con empresas que estuvieran dispuestas a comprometerse tanto conmigo como yo lo estaba de comprometerme con ellas y sus proyectos. Empresas con planes de formación y promoción, que cuidaran a sus empleados y les hicieran sentir afortunados de pertenecer a ella. En cambio nací en la era de las ETTs y el outsourcing (externalización de servicios). Con regularidad pasmosa antes de llegar a Estados Unidos he cambiado de empresa cada dos años desde que empecé en esto, y de verdad que nunca me lo he propuesto como una meta.
  • La época de los grandes avances aeronáuticos hace tiempo que pasó (abarca desde la primera guerra mundial hasta el momento en el que Neil Amstrong puso el primer pie en la luna más o menos). No ha ocurrido nada extraordinario en la aviación civil desde la inclusión de los motores a reacción en el De Havilland Comet. Los aviones ahora no son más que refritos y evoluciones de diseños ya probados (no considero la introducción de la fibra de carbono como una revolución si consideramos la historia de la aviación en su conjunto).
  • Por último he llegado en un momento donde los grandes ingenieros de antaño que crecían al abrigo de sus empresas para acabar liderándolas ya han desaparecido. Los directivos y grandes CEOs (Chief Executive Officer) de la industria aeronáutica son economistas y grandes empresarios, comerciales encumbrados no por tesis, brillantes doctorados, proyectos revolucionarios o su buen hacer a lo largo de décadas en la profesión que nos ocupa, si no por sus masters en economía, agresiva competitividad y buenas conexiones con la élite social... Gente de carácter mucho más cercana a los políticos que a los ingenieros.

... estos directivos decía, son la clase de gente que cree que abrazar la triada MÁS RÁPIDO, MEJOR, MÁS BARATO, es la manera de tener éxito en su negocio. Este monumental error, alimentado por la carencia de un conocimiento intimo del producto que intentan vender por que NUNCA han trabajado en él, más un uso masivo del outsourcing y un descontrol pasmoso a la hora de dirigirlo, hacen que gente como yo y mis colegas, jamás hayamos trabajado en un proyecto que salga en las fechas previstas; donde no haya una considerable presión y stress por cumplir unos objetivos y unos schedules poco (nada) realistas que obliguen a realizar una ingente cantidad de horas extras (te las paguen o no, como ocurre en España), o donde no se requiera de un trabajo posterior de revisión para "hacer las cosas como dios manda".

Hablar con cualquier ingeniero que me doble en años de experiencia sobre el pasado deja indudablemente ese poso amargo de que "los tiempos pasados siempre fueron mejores".

Fin de la chapa.