2009/02/02

Factor de Conversión

Me alegro de la acogida que tuvo post relativo a fotografía del otro día. En realidad cuando lo empecé a escribir acabé descartando algunas ideas/conceptos que os quería contar y una de ellas la he recogido en este otro post.

Antes de empezar quisiera disculparme con aquellos de vosotros que al leer el título se han hecho ilusiones de que el post que tan fehacientemene esperan sobre la nueva religión bonacheliana que pienso fundar para vivir del cuento ha llegado al fin. No es así, podéis seguir siendo catódicos, apostáticos, mefistofélicos, musulmales, mongomormones, o lo que os plazca. De momento.

El tema que nos ocupa quizá sea un poco más técnico (las matemáticas son básicas no os preocupéis, nos vale con multiplicar y dividir) pero confío en que os resulte también interesante y os ayude a entender un concepto que es inherente a la fotografía digital. Se trata del Factor de Conversión.

Empecemos con un breve recordatorio de un pasado no tan lejano:

La fotografía tradicional se realizaba exponiendo un negativo a la luz durante un periodo de tiempo, que después se revelaba mediante un proceso químico para obtener la imagen que había quedado impresa en el negativo. Ese negativo tenía por lo general un tamaño de 35mm, y cuando la distancia focal (distancia desde la lente de la cámara al negativo) era también de 35mm el resultado daba un campo de visión de 63 grados.

Fast-forward al presente:

Los negativos casi han desaparecido, pero los objetivos tradicionales se siguen utilizando bien físicamente, bien como punto de comparación establecido para medir los objetivos actuales (la explicación a tan críptica frase más abajo). Al objetivo mencionado en el párrafo anterior se le conoce comúnmente como "objetivo de 35mm", Un acto de economía del lenguaje que en realidad quiere decir "objetivo de distancia focal de 35mm" que a su vez quiere decir "objetivo con una lente que está a 35mm de distancia del negativo/sensor". A este objetivo se le denomina "normal" en el ámbito fotográfico ya que los grados de su campo de visión se asemejan a los grados de visión que nos otorgan nuestros ojos pecadores (de la pradera). Si las distancias focales de la lente al negativo/sensor son más cortas los objetivos son capaces de ver cosas más cercanas, o dicho de otra manera su campo de visión es de más grados, y por lo tanto se les conoce como grandes angulares. Contrariamente, cuando las distancias focales son más largas los campos de visión de los objetivos se reducen drásticamente, pero a cambio son capaces de ver lo que está más lejos y se les conoce como "teleobjetivos". Un objetivo de 20mm da un campo de 94 grados y entraría dentro de los primeros, mientras que uno de 300mm da un campo de un poco más de 8 grados y entra dentro de los segundos.

PERO, esos números no se corresponderán con la realidad en los objetivos de vuestras flamantes cámaras digitales a menos que seáis los poseedores de uno de los pocos modelos DSLR "Full Frame" que se fabrican hoy en día (en cuyo caso estoy seguro de que sabéis lo que os traéis entre manos y os podéis ahorrar este post). El sensor de estas cámaras tiene el mismo tamaño que el negativo tradicional (es decir, 35mm) por lo que cuando lo pones detrás de las lentes tradicionales de fotografía obtienes los mismos campos de visión.

Para los demás la realidad es un poco distinta. Comoquiera que los sensores que montan la gran mayoría de cámaras fotográficas digitales son bastante más pequeños de 35mm, se cumple que manteniendo las mismas distancias focales obtenemos como resultado campos de visión más reducidos. En concreto la distancia focal se incrementará en tantas veces como más pequeño sea el sensor con respecto al negativo de 35mm.

Qué? Cómo se os ha quedado el cuerpo?

Como soy consciente de que esto es pelín confuso lo explicaré mejor con un ejemplo. En el dibujo de la izquierda tenemos un objetivo tradicional con una lente de 35mm (de distancia focal) que nos da los antes mencionados 63 grados de campo de imagen. El sensor representado es unas 1.6 veces menor que el negativo tradicional. Como el sensor ocupa un área menor que el negativo el campo de visión de la imagen que obtenemos es de menos grados, en este caso alrededor de 40 grados, lo que equivale, según la norma que os he contado, a aproximadamente un objetivo de 55mm de distancia focal (35mmx1.6).

Vamos a darle la vuelta al razonamiento ahora: Si queremos que nuestra cámara, con ese sensor más pequeño, tenga un campo equivalente al de 35mm y ver 63 grados, entonces lo que hacemos es poner un angular mayor, en este caso de 24mm(35mm/1.6). Gran parte de la imagen se desperdiciará, pero la que grabe el sensor será aproximadamente de 63 grados, y por lo tanto diremos que es equivalente a un objetivo de 35mm de distancia focal.

Y es a esto a lo que precisamente se llama Factor de Conversión Digital. Aunque dado que lo que en realidad hacemos es utilizar angulares mayores para que tras el recorte del área del sensor nos queden campos de imagen razonables, en realidad sería más adecuado llamarlo Factor de Recorte Digital (No se hace por que queda peor claro).

Así tenemos que las DSLR de Nikon, cuyo sensor es 1.5 veces menor que un negativo, tienen un Factor de Conversión de 1.5. En las de Canon el factor es de 1.6 (como el del ejemplo) y en las Olympus es de 2. Y esto son las DSLRs, en las cámaras compactas el factor es mucho mayor ya que los sensores son mucho más pequeños!

Por ejemplo en las lentes de mi Canon G7 pone que son de 7.4-44.4mm. El sensor es en realidad 4.5 veces más pequeño que el negativo tradicional, lo que significa que ese 7.4-44.4mm se convierte, gracias al Factor de Conversión (de 4.5 en este caso por si todavía lo dudáis), en unas lentes en realidad equivalentes a 35-210mm.

Nuevamente, si le dais la vuelta a lo que os acabo de contar, leyendo los numeritos en las lentes de vuestras cámaras y mirando en las especificaciones de la cámara a qué angulares equivale en la fotografía tradicional podéis saber el tamaño del sensor que tiene.

Fin de la chapa. Epílogo.

La decisión de incorporar sensores más pequeños ha permitido rebajar costes en la fabricación de las cámaras ya que son más baratos y fáciles de hacer. Sensores más pequeños permiten a su vez cuerpos y ópticas más pequeñas y eso ha permitido nuevamente abaratar costes. Gracias a ello se ha vivido el boom digital que todos conocemos y además ha hecho posible las cámaras ultracompactas de hoy en día, que son pequeñas maravillas de la tecnología.

El problema viene cuando a la vez que la miniaturización jugamos a meterles cada vez más megapixels como os comentaba el pasado día.