2009/01/20

De Cascadia a "cascarla" no hay tanto...

Ahora que hace ya más de un centenario del famoso terremoto que asoló San Francisco en 1906 uno se acuerda del no menos famoso Big One que azotará la ciudad tarde o temprano. Concebir San Francisco con su fatídico destino, su antagónica destrucción, forma parte de la imagenes populares que tenemos de la ciudad, a saber: Golden Gate, los tranvías, las calles con cuestas para hacer persecuciones con coches que saltan, Chinatown y lo del rollo gay. Desde que era pequeño siempre he pensado con respecto a San Francisco que era un alivio no vivir en una ciudad avocada a la destrucción en cualquier momento.

En realidad sabemos (y si no no pasa nada, que hoy vengo yo con la gorra de profe puesta) que hay dos enormes placas tectónicas en constante lucha en la costa oeste del norte de América (ver gráfico adjunto): la placa del Pacífico y la propia de América del Norte. La zona más famosa de confluencia entre ambas placas es la conocida como Falla de San Andrés, que recorre desde el norte de California hasta México y que pasa justo al lado de la ciudad de San Francisco (casi es más apropiado decir debajo). Los terremotos en la falla de San Andrés son producidos por la fricción entre esas dos grandes placas antes mencionadas, que en esa zona se dirigen en sentidos contrarios (la de América se dirige hacia el sureste mientras que la Pacífica lo hace hacia el noroeste).

Si seguimos la falla hacia el norte encontraremos que adyacente a ella tenemos lo que se conoce como una Zona de Subducción. La diferencia principal entre una falla y una zona de subducción es que en la primera las dos placas chocan una contra la otra, mientras que en la segunda una de las placas, la más densa (que es la que tiene agua) se introduce por debajo de la placa menos densa.

Así, el área que comprende desde el Norte de California, Oregon y Washington hasta pasada la Isla de Vancouver en Canadá se encuentra frente a la conocida como Zona de Subducción de Cascadia. La magnífica costa noroeste de América del Norte es de hecho prototípica de una zona de subducción, con una orografía bastante patente reflejada en multitud de islas, imponentes cordilleras costeras (Como las Olympic Mountains o el Cascade Range) y la significativa presencia de volcanes aislados producidos por la terrible fricción entre las placas, que hace que se funda el magma y ascienda a través de la corteza. Estos volcanes se encuentran invariablemente también cerca de la costa. De norte a sur así según recuerdo: Garibaldi en Canada; Mount Baker, Glacier Peak, Mount Rainier, Mount St.Helen y Mount Adams en Washington; y Mount Hood, Jefferson y lo que se conoce ahora como Crater Lake, que antes de su colapso era Mount Mazama en Oregon. Y estos son los principales! hay por lo menos una decena más de volcanes menores en la zona.

Una de las zonas de subducción más famosas (por infame) de los últimos tiempos es la que se encuentra frente a las Islas de Indonesia en el Océano Indico. Fue esta la zona de subducción donde ocurrió el terremoto de Indonesia del 2004 y el subsiguiente tsunami que asoló no solo las costas cercanas de Sumatra y Tailandia si no también las más lejanas de Sri Lanka y Maldivas. A raíz del destructor evento los científicos empezaron a estudiar otras zonas donde se pueden producir situaciones parecidas y digamos que Cascadia, por sus características y similitudes con la zona de subducción frente Indonesia (son por ejemplo casi del mismo tamaño), es uno de los puntos que han suscitado más interés en estos últimos tiempos. Y aquí es donde empieza el mal rollo del post.

Empecemos por las olas gigantes. Para entender cómo se provocan los tsunamis hay que entender cómo se acumulan y se liberan las tensiones en una zona de subducción. Básicamente existe una gran fricción entre las dos placas que están rozando. La más densa al introducirse bajo la otro provoca que la que queda encima se vaya combando fruto del rozamiento (como un gigantesco labio de tierra que se mete hacia dentro, comprimiéndose y elevándose). Toda esa titánica energía potencial se libera de tanto en tanto, provocando una especie de efecto resorte que hace que de repente la placa superior resbale sobre la inferior, bajando literalmente cientos de metros. Nos encontramos entonces con que en el océano tenemos miles de millones de hectolitros de agua (o más!) que de repente se quedan sin nada debajo, y que por la fuerza de esa costumbre llamada gravedad, caen de golpe provocando sendas olas gigante en direcciones opuestas, una hacia la costa cercana y la otra hacia el interior del océano.

Por otro lado, las ondas de energía que provoca semejante evento son devastadoras, provocando terremotos de grandes magnitudes (el de Indonesia fue de 9.2 en la escala Richter).

Volvamos ahora a la zona de Cascadia que nos ocupa: Lo cierto es que no se tiene registrado ningún terremoto importante ni ningún tsunami en la zona del Noroeste americano. (Bien). Pero bien pensado Estados Unidos es un país tan joven que no tiene recuerdos escritos de más allá de un par de siglos atrás, y eso es un abrir y cerrar de ojos si lo miramos desde una perspectiva geológica. (No tan bien). Si les preguntamos a los que estaban aquí antes de que los diezmaran, les metieran en reservas y les dieran las llaves de todos los casinos de los alrededores, resulta que si que hay algunas leyendas de origen indio relacionadas con olas gigantes, pero lamentablemente al ser la tradición india de carácter oral digamos que el hecho de la existencia de tales leyendas queda caracterizado como algo significativo pero anecdótico. (pero huele a cacota ya)

Sin embargo una nación muchísimo más antigua al otro lado del Océano Pacífico si que guarda registros de tsunamis: Japón. El estudio de su historia revela la aparición de lo que los japoneses llamaban Tsunamis Huérfanos, olas gigantes que llegaban a la costa provenientes del Este sin estar precedidas por terremoto alguno. (y? Japón está muy lejos) Por otro lado el reciente estudio de secciones representativas de los litorales de la costa de Washington (concretamente la Península Olímpica, dichas secciones se leen como los anillos de un árbol más o menos, claro que la escala es distinta... que carajo, lo tenéis que haber visto en los reportajes de la 2 alguna vez) han revelado también la existencia de tsunamis que han devastado secciones enteras de bosques anegándolas bajo arena de mar. El cotejo de estas secciones del litoral de Washington con los registros japoneses revelan una coincidencias temporales pasmosas, y permite validar la teoría científica de que las olas huérfanas que llegaban a Japón procedían de la zona de Cascadia y que ambos eventos están relacionados. (Esto que parece guay no mola nada en realidad). Lo que significa a su vez que hubieron fuertes terremotos en la zona (veis?). Se conoce con bastante exactitud el más reciente, que se produjo hace 309 años, el 26 de enero de 1700 y se sabe que hubo otro unos 400 años antes. En total hay evidencias geológicas de al menos 7 grandes terremotos en los últimos 3500 años. lo que arroja una media de un terremoto cada 300 a 600 años.
Creo que las matemáticas de todos alcanzan para la conclusión a la que los científicos han llegado: "No tenemos ni puta idea de cuando puede volver a pasar, pero si sucede dentro de 10 minutos no habría de qué extrañarse". (Debuti, heme aquí que me acabo de enterar de que vivo en una ciudad avocada a la destrucción en cualquier momento, igualico que si viviera en San Francisco, pero peor, por que aquí los terremotos son todavía más tochos.)

De hecho un superordenador de la Universidad de san Diego simuló hace poco lo que podría ser ese próximo terremoto. Se tomó la misma magnitud de 9.2 grados en la escala Richter que el que sufrió Indonesia y los resultados son poco alentadores para los que vivimos por aquí la verdad. Seattle y sus rascacielos estarían, digamos, ante un futuro comprometido cuanto menos. La tierra se movería según la simulación alrededor de 60 centímetros por segundo en Seattle, pero podría llegar a un metro... un (uno, one, guan, "1") metro!. Además estas altas velocidades de movimiento de la tierra irían acompañadas de significativas sacudidas de baja frecuencia que durarían no menos de cinco minutos. Lo cual es una barbaridad. (Lo que es es una putada, por que una vez más os recuerdo que Rebe y yo, una panda de amigos, bastantes españoles, mucha gente buena entre la que nos incluimos da la casualidad que vivimos aquí).

Siento que la mayoría de los enlaces estén en inglés, pero es que sencillamente la información es español es cochambrosa a su lado. En youtube podéis ver un documental de la BBC (nuevamente en inglés) en 5 capítulos llamado "El Próximo Megaterremoto" que habla precisamente del tema y donde sale una morbosa simulación de qué le pasaría a Seattle.



(En fin, todo chachipirulijuanpelotilla-superhiperguay-delamegamuerte, esto último nunca mejor dicho.)