2008/10/14

Hora de volver al redil

Voy a cerrar esta trilogía económica recomendando el blog de alguien que me ha descubierto un querido compañero, canicaroja, con muy buen tino debo decir. Parece ser que Leopoldo Abadía se está convirtiendo en todo un fenómeno en los últimos tiempos, y yo sin descubrirlo hasta ahora!


En todo caso Bonacheladas meets America no se creó como blog de opinión, y yo ya me he desquitado, si de verdad queréis saber sobre estas cosas hay mejores opciones por ahí que la de aguantar mi chapa, en concreto mejor aguantar la del Leopoldo: su Diccionario Dinámico de Vocablos es un blog original y curioso, sus artículos en el Confidencial todo un gustazo de leer y su estudio La Crisis Ninja totalmente imperdible si se quiere entender un poco por donde van los tiros en la crisis actual (recomiendo descargar la versión en pdf).


No me voy a extender mucho más, pero cuando uno tiene la mente preclara de este señor, la capacidad de entendimiento, razonamiento y síntesis (acompañada de una gran capacidad literaria además), el resultado es abrumador (para mi), ameno y didáctico. RBG me hablaba hace poco de sentido común, y he aquí que he encontrado a todo un paradigma del sentido común.

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Aclaraciones a los post anteriores:

  • Borregos y Ovejitas: dícese de todos aquellos que, dóciles, sumisos y autocomplacientes, prefieren no leer y no informarse (no hacer el intento al menos!). Dedicado a la gente capaz de salir a la calle por que su equipo de fútbol baja a segunda, y de no hacerlo por que les estafan brutal y descaradamente con el precio de su primera vivienda, o de ocupar sus tertulias con lo que pasa en Gran Hermano y nunca para hablar de lo que pasa con la (des)Educación o la Sanidad en España. Son ejemplos, pero se capta la idea verdad? Esta sociedad aborregada en la que vivimos es parte del problema y no de la solución.
  • Que la inyección económica para poder vivir como uno espera (y esto en mi caso, no conlleva unos lujos o caprichos exagerados, el que me conoce lo sabe) conlleve el precio de vivir a 8500 kilómetros de familia, amigos y hogar, y aún así calificarlo de “suerte”, da cierta perspectiva sobre… no se, da cierta perspectiva.
  • Se que la frase “capitalizar ganancias y socializar pérdidas” es demagogia barata, dado que de las ganancias también se socializa una parte, pero como concepto es suficientemente válido y se entiende de lo que hablamos.
  • El tema de que los causantes de esta crisis no van a pagar por lo que han hecho es sangrante. Yo creo, y no puedo demostrar, que estos tipos han actuado en connivencia con los dirigentes de nuestros países, de hecho forman parte del poder fáctico detrás de los Estados. En mi cabecita, constructores y demás grandes empresarios, banqueros y políticos, están todos en el mismo barco, son "los de arriba". Todos ellos se han forrado a nuestra costa y nadie va a tirar de la manta por que todos tienen mucho que perder. Como han hecho tantas veces antes de ahora, se apoyarán en cualquier distracción estúpida y nos bombardearán con ella para que nos olvidemos y sabéis qué? funcionará. Al fin y al cabo ellos son de todo menos bobos, y saben de sobra que nosotros somos, sobre todo, Borregos y Ovejitas.
  • Los de telefónica (No sabéis lo que me ha costado no hacer el tan manido pero tan apropiado juego de palabras) han reconocido que tenían una llamada mía del 12 de Enero para dar de baja el servicio de Internet. Se supone que me re-ingresarán el dinero que hasta ahora me han “substraído de manera errónea” al mantener los costes del servicio y la linea. Te lo dicen así y casi dan ganas de perdonárselo, pobrecitos, tan sólo me substrajeron de manera errónea todos los meses 60 euros, pero ellos no querían... es que no se dieron cuenta de que lo hacían... Y nótese que yo me di cuenta de esto en Octubre, 9 meses después de dar el servicio de baja, que olé mis huevos!
  • Los 400 euros prometidos por el gobierno los he recibido/estoy recibiendo, parece ser que es cuestión de mirar las nóminas. Tanto el anterior punto como el presente, ponen de manifiesto el control que tengo sobre mis finanzas. Precisamente por que reconozco esta debilidad mía, no puedo aspirar a más que a una anodina (pero tranquila) vida financiera.