2007/01/30

4. Only in Boeing I

Cuando llegas a Boeing la primera vez uno tiende a sentirse un tanto abrumado por la enormidad de la factoría, pero esa sensación pasa enseguida, para ser sustituida por la sorpresa continua de la manera de ser de los americano en el curro… Os voy a dar unos breves apuntes de comportamientos y actividades curiosas que me han sorprendido mucho de aquí y que son impensables en España, y que contribuyen sin duda a esa atmósfera más adecuada que comenté en mi anterior post para que la gente esté más predispuesta a hacer sobre-esfuerzos a la hora de trabajar:

• Los viernes son el día del casual wear, o sea, el día en el que puedes venir vestido informal… pero es que aquí todos los día visten informales! No veréis a nadie con traje, si acaso algunos con camisas hawaiianas y sus chancletas con calcetines (si, da igual que sea invierno), pero es que ese día ya puedes venir con pantalones cortos y camiseta de tirantes, pero de esos de sobaquera enorme si te apetece (caso verídico).

• Tienes tu gimnasio, y además por las mañanas en una de las plantas del atrium hacen clases de estiramientos e incluso de tai-chi, que se llevan un cd con música relajante y todo!.

• El día de halloween hubo concurso de disfraces y mucha gente vino a trabajar disfrazada… por supuesto había concurso…

• Pagan las horas extras…

• Rara la semana que no pasa algo, como que te inviten a desayunar, a café o hay pastas y cosas así… hay que estar siempre al loro de lo que “se cuece” por el atrium para no perdértelas!

• Los viernes en el comedor a veces dan masajes gratis o montan un escenario y hacen… karaokes!!!

• En el pasillo que hay entre los dos edificios donde estamos tienen mesas para relajarte un rato jugando al ping-pong.

• Joder, es que pagan las horas!!!

• “Premian” a la gente que trabaja bien regalándoles unos vales por un valor determinado que canjeas por regalos en la tienda boeing… al loro, que en la tienda tienen cosas guapas.

• La última semana antes de navidad nos invitaron a un desayuno especial, de esos con discursito y todo, pero mira, lo que más me llamó la atención es que en el discurso se le dio las gracias a la gente por el sobre esfuerzo, a ellos y a sus familias por que eran conscientes de que el tiempo que le estaban dedicando a boeing les pertenecía a ellas y era con quien en realidad debían estar… soy incapaz de imaginar ese discurso en España en serio.

• He dicho ya que pagan las horas? es la primera vez en los 10 años que llevo trabajando en esto en el que me las pagan…

• Esta es la última que se les ha ocurrido para enero. Resulta que de vez en cuando hacen lo que llaman pots (tarros, pucheros, vamos… potes) en algunos departamentos, que no son otra cosa que reuniones donde la gente trae platos de sus diferentes países y se supone que así todo el mundo puede conocer la cocina tradicional de tu lugar de origen. Bien, la última variante en plan convocatoria oficial consiste no sólo en llevar los platos tradicionales si no también en ir disfrazados con los vestidos tradicionales, o sea, lo franceses de chovinista, los americanos de soldados, los canadienses de hoja de arce, los alemanes de salchicha y los españoles de casteller y/o de dantzari aurresku...

Estoy deseando que llegue el día a ver las pintas de la peña…

Dicho así, más que un trabajo parece que hemos venido a un parque de atracciones! El caso es que según vaya viendo más cosas curiosas ya os las iré contando…

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Me embarga la emoción… las lágrimas corren prestas por mis mejillas, presas del júbilo y el agradecimiento… mi corazón desbocado, antaño quejumbroso se muestra ahora henchido y vivaracho y canta, canta sobre la tierra como un jardín, paseando dulcemente por la hermosa de la alegría adelante. Y tiene ganas de saltar, de cantar de tenderse al galope, de caballos, de becerros lucientes y de las nubes. Y se encarama la alegría como sobre los montes una cabra, extendido y feliz como una alberca, o bien, como un hermoso tilo derramado en el aire: Alegría, desbordado por surcos tiernos con la lluvia, entre olivos pálidos a quienes la tormenta visita, henchido el corazón como una vela de gozo: entre alondra y alondra, la vida no pesa…

No, no es el amor… es que pagan las horas coño…